Sobre mi

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  feo, viejo y bajito sigo buscando el amor sincero, honesto y leal. la voluntad hace el andar y el andar el camino como el amor es el agua que quita la sed del corazón, del alma. ando buscando y buscando la flor de mi jardín, olorosa, fresca, única para mí. la flor a quien dedicar todos mis despertares, mis noches y mis velas, mis risas y lágrimas, mis pasos, mis mimos. la luz de mi camino, el agua que apague la sed de mi corazón, de mi alma... esa sombra fresca que anhelo encontrar en mi duro caminar por un desierto abrasador de mi corazón solitario. el refugio donde el guerrero, curtido en mil batallas, se sienta protegido y pueda quitarse su armadura sin ser traicionado.
  busco la suave caricia de ese sol que calienta sin quemarme, suave, dulce. busco poder mirar a los ojos de mi amada sin apartar la mirada, encontrar en ella el frescor de un prado, un campo que quiera ser arado y sembrado con los pocos granos escogidos de mis sentimientos, dulzura, lealtad, honestidad, responsabilidad, esfuerzo, amor que me queda en mi ligera mochila. busco el arrullo de las olas del mar susurrándome al oído, el vuelo de las aves, la risa de un niño, la inmensidad del cielo azul. encontrar el arroyo de agua clara, limpia donde saciar la sed que me ahoga.
  busco... solamente una buena mujer que quiera compartir y sentir la vida junto a mí.